23.05.2019 –BUENOS AIRES: “Los riesgos de la integración energética y la construcción de confianza bilateral” EL CRONISTA (BUENOS AIRES – ARGENTINA)
La integración energética entre dos países siempre requiere construir una relación de confianza para garantizar la seguridad de abastecimiento. No poder atender necesidades energéticas en tiempo y forma significa el quiebre de la relación. “La integración es política y para eso se necesita que las dos partes se tengan mucha confianza”, dijo un conocedor del mercado eléctrico argentino. Los organismos centralizados de despacho (la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico -Cammesa- en Argentina y el Operador Nacional do Sistema Elétrico -ONS- en Brasil) prefieren tener la generación cerca de los centros de consumo, lo que es más seguro. Tomar electricidad del otro lado de la frontera representa un riesgo, aunque en ocasiones sea más barato. La integración, además, significa confiar en que no se romperán los acuerdos de manera unilateral o que un cambio abrupto en las condiciones del mercado lo arruine. El caso del corte de las exportaciones de gas natural a Chile en 2004 es paradigmático. El kirchnerismo cerró ese mercado por el crecimiento de la demanda local y la progresiva baja en la producción. Ahora, el Gobierno de Mauricio Macri trabaja para restablecer la credibilidad de los trasandinos, de manera en que las actuales ventas de gas, que rondan los 6 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) en condiciones interrumpibles se cuadrupliquen hasta los 24 MMm3/d en condiciones firmes en el mediano plazo, para evacuar el gas de Vaca Muerta. En lo que va del milenio, Argentina exportó electricidad a Brasil entre mediados de 2000 y principios de 2002 e importó entre 2004 y 2011, con algunos intercambios ocasionales. Desde septiembre del año pasado, hubo ventas de energía “de oportunidad”. Mientras tanto, algunas petroleras que operan en Argentina ya tienen contratos de exportación de gas natural a Brasil. Dentro de tres años, las ventas podrían alcanzar los 3 MMm3/d, mientras que para 2024 se podrían exportar 10 MMm3/d, con lo que se genera demanda para el exceso de gas en el mercado argentino. En total, la comercialización de electricidad y de gas superaría en el mediano plazo los u$s 150 millones por año.