EL CRONISTA (BUENOS AIRES, ARGENTINA) 07.03.2017
Anjli Raval – Con los drásticos recortes a las inversiones en el sector petrolero se corre el riesgo de que haya una escasez de oferta que en 2020 expondrá al mercado a un aumento de precios, advirtió la Agencia Internacional de Energía (AIE). Pese a que hay un coro de analistas que prevé una caída del consumo de petróleo en los últimos años –como resultado de las medidas que están tomando los gobiernos para elevar la eficiencia de la energía, incentivar el uso de combustible más limpio y promover los autos eléctricos–, la AIE alertó en su pronóstico a cinco años que no ve esa desaceleración. Es crucial que haya más inversión en la exploración y producción global para garantizar que la oferta futura pueda satisfacer la creciente demanda, agregó. El derrumbe del precio del petróleo que llevó los precios de u$s 115 en 2014 a menos de u$s 30 a principios del año pasado forzó a las energéticas internacionales a reducir 25% la inversión en 2015 y un porcentaje similar el año pasado. “Los apenas modestos signos de recuperación en 2017 implican que está lejos de quedar claro que en los próximos años habrá suficientes proyectos en curso para evitar un mercado potencialmente ajustado en 2020 y con eso, la posibilidad de un salto en el precio”, señala la agencia con sede en París. El pronóstico se conoce en un momento en que el mercado petrolero lucha contra un exceso de inventarios y la producción norteamericana está por repuntar. La industria de shale oil sola no podría satisfacer la creciente demanda, asegura. Fueron años de precios superiores a u$s 100 el barril que desataron una ola de oferta de petróleo de alto costo, lo que provocó una desaceleración en los precios a partir de 2014. Esa situación golpeó a las economías de naciones productoras y enturbió los precios de las
acciones de las energéticas. Pero si no se invierte ahora en proyectos de largo plazo, la volatilidad del mercado petrolero podría subir, dijo la AIE. “No es demasiado tarde para impedir una contracción de la oferta”, agrega. En el corto plazo, un acuerdo para recortar la oferta entre la OPEP y los grandes productores fuera del cartel como Rusia alentó a las compañías de shale a intensificar las perforaciones. También ayudó que bajaron los costos. Las perforadoras de shale en Estados Unidos lograron reducir 30%
los costos en 2015 –el doble del promedio global– y 22% en 2016. “Eso también nos da un indicio claro de que muchas son capaces de posicionarse para elevar la producción en un entorno de precios más bajos”, señala la AIE. Incluso la energética ExxonMobil dijo que colocará la mitad de la inversión de la compañía en producción de gas y petróleo en proyectos “de ciclos cortos”, como shale oil, para generar retornos positivos dentro de los tres años. La administración de Donald Trump también podría apoyar políticas que alienten la producción petrolera estadounidense. Si bien los próximos dos años sugieren que los suministros serán adecuados, es en el último tramo del pronóstico de la agencia donde el mercado petrolero enfrenta una escasez. A menos que más proyectos reciban su aprobación en el corto plazo, la demanda de crudo de la OPEP aumentará de 32,2 millones de barriles diarios en 2016 a 35,8 millones en 2022, predijo la AIE. La cantidad de petróleo de reserva para el caso de una crisis caerá a menos de 2 millones b/d. Mientras el crecimiento económico global se acelera y los viajes en avión aumentan, se espera que la demanda global de petróleo crezca en promedio 1,2 millones b/d por año hasta 2022, a pesar de que los estándares de eficiencia de los vehículos son más estrictos y que los gobiernos apoyan cada vez más los autos eléctricos. Las regulaciones para reducir el consumo de energía ahora cubren tres cuartas partes de las ventas globales de vehículos de pasajeros y están teniendo un significativo impacto en el consumo de petróleo, pero la AIE aseguró que si bien el crecimiento de la demanda podría desacelerarse, no se revertirá. El stock total de vehículos eléctricos superaría los 15 millones en 2022, comparado con los 1,3 millones en 2015. Pero la AIE sostiene que representan una porción pequeña del parque automotor total y que sólo reemplazarán 200. 000 b/d de la demanda de petróleo en los próximos cinco años.