ARTÍCULOS DE INTERÉS

16.01.2018  CLARÍN (BUENOS AIRES, ARGENTINA)

Alcadio Oña – Empujado sobre todo por el recorte en la producción de la OPEP y por los menores stocks acumulados en Estados Unidos, el precio internacional del petróleo alcanzó estos días los registros más altos en tres años. Y ha subido cerca del 30% desde comienzos de 2017. Según como se la mire, una buena noticia y varias noticias preocupantes a la vez. El lado si se quiere bueno del rally es que un barril a 64/69 dólares puede resultar un potente aliciente para que las compañías incorporen nuevos pozos de explotación, después de reducirlos notoriamente durante los últimos meses. Y también que estimule inversiones tanto en Vaca Muerta como en energías alternativas. Un costado favorable añadido sería remontar la producción perdida el año pasado: el 6,4% entre enero y noviembre, según datos privados

tomados de fuentes oficiales. Otro, que la mayor actividad pueda poner fin a la ola de despidos en la industria petrolera o, mejor aún, que sirva para recuperar fuentes de trabajo bloqueadas. En el medio flotan inquietantes conflictos gremiales e inquietantes efectos sobre las economías involucradas. También de acuerdo al lugar que cada cual ocupe detrás del mostrador resulta el signo de otras noticias que acompañan al salto que pegó la cotización del crudo. Es el caso del nuevo aumento en el precio de los combustibles que ya comenzó a instalarse en el mercado. Liberado desde el primero de octubre, la mezcla de petróleo más caro y suba del dólar justificaría el ajuste que impulsan las compañías productoras y su traslado desde las refinadoras a las estaciones de servicio.

El ministro de Energía, Juan José Aran- guren avala la movida, pero choca contra el planteo de otros funcionarios que pisan fuerte y han colocado la lupa en el impacto inflacionario. Un 6%, como dice el número que empezó a circular, se agregaría a la batería de incrementos en la electricidad, el gas, los transportes, el agua y a otros que aparecen el horizonte cercano. En cálculos de algunas consultoras, la suma de todas las partes podría derivar en una inflación del 7,5 al 8% al cabo del primer cuatrimestre. O sea, la mitad de la pauta anual que acaba de fijar el Gobierno. Eso es finalmente lo que hay en juego, aunque las petroleras aleguen que ni la devaluació n ni la trepada del precio internac io na l son culpa suya. Y junto a eso asomó la posibilidad de que mediara la decisión política de intervenir y de ponerle cierto marco a los aumentos. En los hechos, que las compañías absorban al menos parte de los movimientos. Desde el sector minimizan los coletazos sobre el consumo interno, basándose en estadísticas muy recientes. Dicen que pese a los aumentos, entre enero y noviembre la demanda de nafta súper creció 3,5%; un 20,3% la de premium, que hoy representa un tercio del total, y 5,2% la de gasoil. Traducido: el mercado tiene con qué bancarse las subas.

Dependencia de la energía importada, se llama un costo que corre parejo al mismo fenómeno. Además de los combustibles, dependencia del gas natural y del gas natural licuado que la Argentina tampoco produce en vo- lúmenes acomodados a sus necesidades o redondamente no produce. Según las últimas cifras del INDEC, durante los primeros once meses del año pasado el déficit del intercambio comercial energético ascendió a US$ 3. 124 millones, contra US$ 2. 911 millones del mismo período de 2016. Las importaciones aumentaron 12%, pero en noviembre pegaron un brinco nada menos que del 45%, reflejando de lleno la escalada del precio internacional. Para mayor abundancia, la cotización en el mercado de futuros del crudo anota valores bastante superiores a los que hubo de mayo a julio pasados. Si prefiere, describe nubarrones intensos a muy corto plazo. Nada existe aquí que no sea pariente de la caída en la producción interna de gas y petróleo, ni de la crisis energética amasada a lo largo de la larga era kirchnerista. Causa y consecuencia: no bien la actividad económica repunta recrudece la dependencia exterior. Proyecciones de expertos privados ya descuentan, para este invierno, un incremento del 20% en las importaciones respecto de las cuentas del último invierno. Algunos de ellos han empezado a estimar, además, cuál sería la factura fiscal que surge del nuevo escenario energético y cómo podría cubrirla el Ministerio de Hacienda. Aunque suene a arriesgar demasiado, piensan en correcciones a las tarifas de luz y gas por arriba de las previstas. Otro registro de este noticiero también quita más de lo que suma. Así las exportaciones del complejo sojero resulten tres o cuatro veces mayores a las compras de insumos energéticos, el punto es que la mejora de sus cotizaciones ni siquiera se aproxima a la que acumuló el petróleo. por donde se mire hay dólares. Y dólares que el país no genera en la magnitud que precisa, como lo prueba el saldo del balance comercial completo: el año pasado habría cerrado con un rojo cercano a US$ 9. 000 millones y en 2018 podría rondar US$ 10. 000 millones. Obvio de toda obviedad, si algún ahorro es posible ese ahorro no está en las divisas de las importaciones energéticas.

 16.01.2018 – LA NACIÓN (BUENOS AIRES,  ARGENTINA)

Emilio J. Apud – La irrupción de una nueva conciencia colectiva global sobre el concepto ambiental y las consecuencias que puede acarrear a la vida sobre el planeta un desarrollo no sustentable han provocado el inicio de un cambio de paradigma energético arraigado durante más de un siglo y medio: el del protagonismo de los hidrocarburos (HC) en sus formas de carbón, petróleo y gas, que significan hoy más del 80% de la matriz energética mundial. La gran difusión de consecuencias apocalípticas por un aumento de la temperatura en la Tierra y la convicción casi dogmática de que su causa principal es un subproducto de la combustión de origen fósil, el CO2, también llamado anhídrido carbónico, fueron suficientes para decidir avanzar hacia una matriz energética global sin HC. La opinión pública mundial y gran parte del ámbito académico han asumido que el máximo responsable del cambio climático es el CO2 y, por lo tanto, los principales países han dictado el acta de defunción para los HC, al menos para quemarlos, ya que también son insumo en la industria química. La única duda subyacente es en qué momento de este siglo ocurrirá. Ya hay múltiples teorías que comprenden plazos de entre 30 y 50 años a partir de ahora. En mi opinión, sería razonable pensar en una transición no inferior a 50 años, teniendo en cuenta que reemplazar el 80% de la producción energética actual a base de HC por energías que no emitan CO2, en particular de carácter renovable, es un desafío tecnológico y económico mayor que lleva implícitos intereses de peso que han influido en la longevidad de la era de los HC, no compatible con la revolución tecnológica de las últimas décadas.

En donde sí hay consenso es en considerar el gas natural el combustible estrella durante la transición hacia cero HC, por ser el menos contaminante y por las facilidades para su transporte en forma líquida o gas natural licuado (GNL) por barcos. Si bien nuestro país lo tiene en abundancia, deberemos manejar bien los tiempos, los costos y los condicionantes del mercado internacional para poder transformarlo en valor antes de que deje de tenerlo. Vaca Muerta (VM) cuenta con un recurso gasífero de 583 TCF (unidad de volumen) cuando la demanda anual de gas en la Argentina no llega a 1,9 TCF e importamos el 30% de nuestras necesidades y prácticamente no exportamos. Para tener una idea de los desafíos que plantearía un desarrollo razonable de la riqueza gasífera de VM asumiremos algunas hipótesis preliminares: del recurso se podrán extraer económica y técnicamente 250 TCF, aunque este volumen dependerá de la velocidad con que se extraiga, ya que con el tiempo los precios internacionales bajarán y alcanzarán niveles que harán inviable seguir produciendo; la demanda interna crecerá 2,5% promedio anual y consumirá 200 TCF en los próximos 50 años; la exportación regional accesible será de unos 25 TCF; la oferta de gas convencio na l disponible será de 30 TCF. Bajo estas hipótesis, al finalizar el período de transición quedarían bajo tierra 55 TCF sólo en VM, unos 100. 000 millones de dólares, salvo que lográramos una competitividad tal que nos permitiera acceder al mercado mundial de GNL. Debemos tener en cuenta que no se están considerando en este ejercicio 110 TCF extraíbles de «otras» VM en territorio argentino, que podrían aportar 230. 000 millones de dólares si tuvieran mercado.

La secuencia probable para colocar la producción del gas de VM bajo estas hipótesis sería entonces la siguie nte : en cinco años las importacio ne s se reducirán al mínimo económicamente necesario para abastecer la demanda local. Es necesario aquí aplicar el concepto de «abastecimiento seguro a los menores costos» en vez de «autoabastecimiento a cualquier costo», en particular porque nuestra demanda de gas es de una estacionalidad muy marcada por la gran influencia del consumo residencial, que se multiplica hasta ocho veces en invierno con respecto al verano. Esto hace que si quisiéramos autoabastecernos los costos que finalmente pagaríamos serían muy altos, al tener que cubrir inversiones subutilizadas durante nueve o diez meses al año. Por tal razón sería más económico cubrir los picos estacionales con importaciones. Una vez satisfecha de esa manera la demanda doméstica será necesario recuperar y desarrollar mercados en los países vecinos, en particular Chile, Brasil y Uruguay, y esto ocurriría entre el quinto y el décimo año, es decir, antes de 2028.

Finalmente, para poder colocar el remanente de 55 TCF, hacia 2030 deberíamos haber alcanzado la competitividad necesaria para exportar GNL. Esto significará producir gas en yacimiento a costos más bajos que en el resto del mundo, dado que nuestra ubicación geográfica implica fletes superiores a la media internacional. Para implementar estas hipótesis y desarrollar en VM gas en 50 años, será necesario invertir 520. 000 millones de dólares, que generarán una renta de 400. 000 millones de dólares, asumiendo que se coloca la producción a un promedio de 3,6 dólares el millón de BTU. La magnitud de estas cifras con alta probabilidad de ocurrencia nos obliga a no improvisar y a olvidarnos del cortoplacismo. La transición comprendería 11 períodos presidenciales a partir de 2023 y el impacto económico que producirán tanto la afluencia de capitales operativos como la utilización de la renta que percibirá el Estado -unos 200. 000 millones de dólares- habla de la necesidad de acordar una política de Estado que garantice ese desarrollo. Descuidar el impacto provocado por un masivo ingreso de capitales, en gran parte en divisas, puede ocasionar trastornos a la economía y afectar las exportaciones por sobrevaluación de la moneda local.

Pero más importante aún es empezar a definir ya el destino de esa inmensa renta petrolera estatal que en los próximos 50 años podría aportarle al Estado entre 200. 000 y 320. 000 millones de dólares. Mal manejada, una renta de tal magnitud conduce a Venezuela, Libia o Nigeria. Para evitarlo, habría que establecer por ley que esa renta se «invertirá con fines específicos» y terminar así la manía irresponsable de destinarla en gran medida a gasto corriente. Hay experiencias exitosas para adoptar, como las del Reino Unido y Noruega al descubrir los inmensos yacimientos del Mar del Norte. Nosotros deberíamos adecuar esas experiencias al caso de VM y, considerando las particularidades de nuestro país, crear por ley un fondo soberano con dos destinos específicos: infraestructura, para recuperar décadas de desinversión y lograr el nivel necesario que requiere el desarrollo de nuestro país, y conocimiento, para llevar la inteligencia de nuestra sociedad a los niveles de los países más avanzados del mundo. El desarrollo del conocimiento en una sociedad es el capital que más valoran las naciones exitosas. Comprende múltiples etapas y disciplinas, como la nutrició n materno- infa nt i l, la educación, las neurocie nc ias, la tecnología, la innovac ió n, la investigación, la creatividad, la nivelación a la academia global, etc. Todos temas que llevan implícitos tiempos e inversiones de tal magnitud que tornan el proyecto del conocimiento en transgeneracional. Pero habrá que hacerlo antes de que el gas pierda valor en el mundo. Ingeniero industrial, director de YPF, ex secretario de Energía y Minería

17.11.2017  EL CRONISTA (BUENOS AIRES, ARGENTINA)

Tobias Buck – El giro global en lo que respecta al uso del carbón ganó un fuerte impulso ayer cuando más de 25 países y regiones prometieron que para 2030 ya no recurrirá a ese combustible para generar energía. La iniciativa británico-canadiense recibió el apoyo de naciones como Francia, Italia, México, Holanda, Finlandia, Portugal y Nueva Zelanda, así como el estado norteamericano de Washington y provincias canadienses como Ontario y Alberta. Todos prometieron reducir gradualmente en número de centrales eléctricas a carbón, si bien varios países ya dijeron que alcanzarán la meta antes de 2030. El Reino Unido, por ejemplo, se comprometió hacerlo en 2025. “El carbón no está volviendo”, dijo Catherine McKenna, ministra canadiense de medio ambiente y cambio climático. “El argumento económico es claro. El precio de la energía solar y eólica se derrumbó. La energía limpia cada vez más es la energía más barata”. La promesa es totalmente opuesta a la posición que asumió la administración Trump, que prometió aumentar el uso del carbón en Estados Unidos y generar más empleos vinculados a la minería de carbón. La iniciativa, que espera incluir al menos 50 países el año próximo, fue formalmente anunciada en la conferencia de cambio climático de la ONU en Bonn, Alemania. Los científicos e investigadores hace tiempo que aseguran que el esfuerzo global por combatir el cambio climático requiere de medidas radicales para disminuir el uso del carbón. Según establece el acuerdo histórico de la ONU firmado en París hace dos años, 197 países se comprometieron a mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2oC con respecto a los niveles preindustriales. Claire Perry, la ministra británica de cambio climático e industria, dijo: “Reducir el consumo global de carbón debería ser una prioridad vital y urgente para todos los países y estados.

El carbón es la manera más sucia, más contaminante de generar electricidad. “No se trata de decirle a los otros países qué hacer, sino tratar de demostrar lo que es posible”. Los defensores del medio ambiente elogiaron la iniciativa británico-canadiense, con el argumento de que la nueva promesa recalca otra vez más el aislamiento de Estados Unidos en cuestiones de cambio climático y energía. “Es impactante ver no sólo que los países ricos como Gran Bretaña y Canadá sino también Angola, Chile y México prometan que el carbón no tiene

futuro en sus países”, aseguró Mohamed Adow, experto en clima en Christian Aid. “Es un mensaje a Donald Trump de parte del Reino Unido y Canadá, dos de los aliados más cercanos de EE. UU. , de que su obsesión por la energía sucia no se va a propagar”. Las ministras de Canadá y Gran Bretaña no quisieron criticar la postura norteamericana. Por el contrario, hicieron hincapié en las oportunidades económicas que surgen del giro hacia tecnologías menos contaminantes. “Mi mensaje al presidente Trump es: Mire lo que hacen otros países”, dijo Perry. 

7.11.2017 –  BIOBIO (SANTIAGO, CHILE)

Se hizo la entrega oficial del que será el nuevo auto ministerial de la cartera de Energía. La adquisición del innovador carro se enmarca en el compromiso del Gobierno de avanzar en sustentabilidad en materia de Transporte. Tras una licitación pública, el vehículo seleccionado fue el BMW i3, de fabricación alemana. Desde BMW Chile detallaron que este modelo es uno de los pioneros de su mercado y fue concebido 100 por ciento eléctrico, con cero emisiones de CO2. Todas las fábricas que proporcionan algún elemento para la producción del BMW i3 se alimentan en base a energías renovables: por ejemplo, la Planta de Moses Lake en EEUU, encargada de proveer el Plástico Reforzado con Fibra de Carbono (PRFC), es alimentada por una matriz hidroeléctrica. “Los vehículos eléctricos, que si bien hoy son una industria en pleno desarrollo y que están comenzando su curva de aprendizaje, se espera que sean el estándar internacional hacia el 2030, considerando que estos vehículos pueden llegar a ser hasta cuatro veces más eficientes que los vehículos convencionales”, agregó el ministro de Energía, Andrés Rebolledo. El secretario de Estado destacó la importancia de los vehículos eléctricos en el cuidado del medio ambiente, ya que, por lo general, sus emisiones corresponden a un tercio de las emisiones de CO2 de un vehículo convencional. 

PULSO (SANTIAGO, CHILE) 27.09.2017 

Han pasado 10 años desde que Apple desencadenó una ola de innovación que cambió totalmente el mercado de los teléfonos móviles. Los autos eléctricos, con una pequeña ayuda de los viajes en autos privados y la tecnología de conducción autónoma, podrían tener el mismo efecto sobre las grandes petroleras. El avance de Tesla y sus rivales podría verse potenciado por los servicios complementarios de Uber y la unidad Waymo de Alphabet, del mismo modo en que el iPhone tomó la economía de las aplicaciones e internet de alta velocidad en móviles para diezmar a gigantes de la telefonía móvil como Nokia. La culminación de estas tecnologías -los vehículos eléctricos autónomos disponibles a pedido- podría transformar la manera de viajar y contradecir las predicciones de que los vehículos propulsados a batería tendrán un impacto limitado en la demanda de petróleo en las décadas venideras. “Los autos eléctricos por sí solos quizá no representen demasiado”, dijo en una entrevista David Eyton, responsable de tecnología en el gigante petrolero BP Plc con sede en Londres. “Pero si sumamos los autos y el transporte compartido, las cifras pueden crecer considerablemente”. La mayoría de los analistas considera el abandono del petróleo en el transporte como un proceso incremental guiado por mejoras lentas en el costo y la capacidad de las baterías y un ajuste progresivo de las normas relativas a emisiones. No obstante, los grandes cambios económicos rara vez son directos, dijo Tim Harford, economista que está detrás de un libro y una serie radiofónica de la BBC sobre innovaciones históricas que afectaron la economía.

Cambio sistémico
“Estas cosas son mucho más complicadas”, dijo. En lugar de que los motores eléctricos reemplacen gradualmente a los de combustión interna dentro del modelo existente, lo más probable es que se produzca “cierto grado de cambio sistémico”. Es lo que sucedió hace 10 años. El iPhone no sólo ofreció una nueva manera de realizar llamadas telefónicas; creó una economía enteramente nueva para compañías multimillonarias en dólares como el fabricante de Angry Birds, Rovio Entertainment o WhatsApp. Cambió la naturaleza fundamental del negocio de teléfonos móviles y empresas como Nokia y BlackBerry fueron reemplazadas por Apple y fabricantes de aparatos Android como Samsung. Ahora que Tesla de Elon Musk y empresas automotrices establecidas como General Motors se esfuerzan por convertir sus autos eléctricos en productos de consumo deseables, compañías como Uber y Lyft están transformando el transporte en un servicio a pedido y Waymo está probando vehículos totalmente autónomos en las calles de California y Arizona. Si se combinan los tres, por ejemplo, mediante una inversión de Alphabet en Lyft, lo que surge es un nuevo modelo de transporte como un servicio que sería una alternativa fuerte a la opción tradicional de tener un auto, según RethinkX, un centro de estudios que analiza cambios impulsados por la tecnología. Una ventaja clave de los autos eléctricos es que no tienen complejidad mecánica, lo cual los hace más adecuados para el uso intenso que permite la tecnología de conducción automática, dijo en una entrevista Francesco Starace, máximo responsable de Enel SpA, la mayor empresa de servicios eléctricos de Italia.

ÁMBITO FINANCIERO (BUENOS AIRES, ARGENTINA) 26.09.2017

Carlos Burgueño – El primer tramo de la modificación de las estructuras laborales (el gobierno prohíbe que se la llame flexibilización) comenzará en el primer trimestre del próximo año. Se aplicará de manera sectorial y en aquellos rubros donde el crecimiento supere el concepto de “brotes verdes” y sea una realidad innegable. Será en actividades que tengan alto nivel de demanda laboral y donde la representación sindical no sea altamente combativa, tenga bajo nivel de afiliación o sea más permeable al diálogo. Sin embargo, y al menos en un primer momento, no habrá avance en un capítulo clave de la flexibilización laboral a la brasileña. Es el que le permite a los afiliados de un sindicato abrirse de éste y formar uno nuevo dentro de la compañía. Los primeros sectores que están en la mira para avanzar son los de la “Nueva Economía” o los unicornios; junto con los sectores tecnológicos. Suponen, con cierta información, desde el gobierno, que los trabajadores de estos rubros son los de mayor permeabilidad a los cambios laborales que se buscan implementar, especialmente en lo que implica a la movilidad de los puestos de trabajo y a la demanda de nuevos empleados. La intención es mostrar que modificando estructuras actuales “anquilosadas”, en poco tiempo el gobierno podría mostrar a la sociedad que la mala imagen de la flexibilidad laboral es un mito, y que en realidad se trata de un mecanismo válido para reducir costos y aumentar la capacidad productiva de las empresas. Y, en un segundo momento, para conseguir mejoras en el poder adquisitivo de los empleados. La elección de los Unicornios y las de las Nuevas Tecnologías no es azarosa. Se sabe que son rubros donde hay una alta demanda de trabajadores y que cualquier movimiento de puestos y condiciones de trabajo no implicará una caída en la calidad de esas vacantes; sino todo lo contrario. Luego el ejemplo se mostraría ante la sociedad, para convencer que el camino no es un peligro para la demanda laboral, sino una solución para reducir los índices de desempleo. Se entiende ahora también porque fue el nuevo empresario argentino “héroe” el que primero lanzó con nombre y apellido el pedido al gobierno para que acepte los cambios laborales. La semana pasada, el dueño de Mercado Libre, Marcos Galperin, través de su cuenta de Twitter, había dicho que Argentina podría perder inversiones significativas a manos de Brasil si no se flexibilizaba el mercado laboral. “Viendo la reforma laboral brasilera, Argentina puede: imitarla, salirse del Mercosur o resignarse a perder millones de empleos a Brasil”, dijo. 

Para un segundo momento, y cuando el ejemplo de los Unicornios o las compañías de tecnología puedan ser mostrados a la sociedad, el gobierno quiere avanzar sobre otros sectores como los de energía y entidades financieras. En el primer caso se asegura que con el nuevo escenario político que surgirá luego de las elecciones y la llegada (para algunos tardía) de inversiones estructurales, las compañías energéticas serán demandantes de mano de obra y con salarios competitivos. Y que la llegada de nuevos trabajadores facilitará que también se le pierda el miedo a aceptar cambios en las estructuras laborales. El modelo a seguir en este caso es el acuerdo que se firmó en enero pasado entre las petroleras y el Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, para destrabar la explotación de Vaca Muerta. Para el gobierno el titular del gremio, Guillermo Pereyra, es quién más entendió los “tiempos que corren” al firmar el tratado por el cual se les permite a los trabajadores cierto nivel de flexibilidad laboral. Pereyra había afirmado “si nos mantenemos rígidos, no va a venir nadie a sacar el petróleo y el gas bajo tierra”. Además negó que el nuevo convenio implicara “precarización laboral” y que había que aceptar un “nuevo paradigma” para las explotaciones tradicionales. Otro sector donde se quiere avanzar es en el sistema financiero, donde, según los números de la actividad, se da una de las mayores tasas de crecimiento en la actividad desde que Mauricio Macri llegó al gobierno. Es además un rubro donde los bancos reclaman menos rigideces para poder avanzar en la contratación de personal y reconvertir a los que ya están empleados para las nuevas tecnologías que se irán incorporando a la actividad. Aquí hay un escollo importante. El titular de La bancaria, Sergio Palazzo, es un ya histórico opositor a las políticas oficiales y está siempre preparado para lanzar un “plan de lucha”.

EL CRONISTA (BUENOS AIRES, ARGENTINA) 25.09.2017 

Santiago Spaltro – El Ministerio de Energía y Minería de la Nación anunciará hoy el resultado de la licitación lanzada en mayo para generar electricidad a partir de fuentes térmicas, en la que se atraerá una inversión privada cercana a los u$s 3000 millones. Según fuentes del sector, el empresario Nicolás Caputo, muy cercano al presidente Mauricio Macri y principal accionista de Central Puerto, habría sido el principal ganador de la compulsa. La cartera conducida por Juan José Aranguren adjudicó el viernes los proyectos y los contratos se firmarán dentro de dos meses, el miércoles 22 de noviembre. El 10 de mayo, mediante la Resolución 287 – E/2017 de la Secretaría de Energía Eléctrica a cargo de Alejandro Sruoga, se instruyó a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) a convocar a interesados a ofertar nueva generación térmica en base a cierre de ciclo combinado y cogeneración, con compromiso de estar disponible para satisfacer la demanda en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). La capacidad de generación se ampliaría en unos 3300 MW, según estimaciones de la Subsecretaría de Energía Térmica, Transporte y Distribución de Energía Eléctrica, a cargo de Osvaldo Rolando. Central Puerto, la firma de generación eléctrica del mejor amigo de Macri, se había quedado afuera en dos licitaciones anteriores y ahora ofertó tres proyectos por una potencia muy superior al del resto de sus competidores y al menor costo fijo.

Caputo entró asociado a las cerealeras Bunge y Aceitera General Deheza la empresa de la familia Urquía, que dirigió Miguel Acevedo, yerno de Roberto y actual presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA)para generar 330 MW en Terminal 6, ubicada en la localidad santafesina de San Lorenzo, cercana a Rosario. El costo fijo es de u$s 17. 000 / MWmes y el variable es de u$s 8 / MWh. Solamente MSU Energy superó a Central Puerto en la potencia ofertada (420, 360 y 335 MW) con tres alternativas en la provincia de Santa Fe, pero a un costo fijo considerablemente mayor (entre los u$s 33. 900 y los u$s 39. 500 / MWmes). Fuentes al tanto de la operación están “casi seguros” de que Caputo ganó la licitación y la definieron como una “muy buena noticia”. Terminal 6 va a proveer a Central Puerto el terreno y los servicios portuarios como la recepción y descarga del gasoil y consumirá alrededor de 2,9 millones de toneladas de vapor por año, con una compra estimada de u$s 30 millones anuales. En cierre de ciclo combinado, la compulsa se presumía un tanto más pareja. Allí compitieron YPF, Pampa Energía (de Marcelo Mindlin), Araucaria Generation y Central Térmica Loma de la Lata, con una suma de potencia de 1811 MW y proyectos sumamente concentrados en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, aunque también hubo ofertas para Neuquén (Loma de la Lata) y Tucumán. 

EL CRONISTA (BUENOS AIRES, ARGENTINA) 5.09.2017

La empresa ILED prevé una inversión de u$s 100 millones para proveer de 120. 000 artefactos a pequeños y medianos municipios, para que puedan acceder a la tecnología. La empresa de luminarias ILED, controlada por los ex dueños del Banco Quilmes, presentó al Gobierno el primer proyecto dentro del marco la ley 27. 328, de Participación Público Privado para obras públicas. La semana pasada, la empresa presentó al Ministerio del Interior, Obras Públicas y de Viviendas un proyecto para proveer a pequeños y medianos municipios luminarias LED para alumbrado público, dentro del marco de esta ley, que el Gobierno aún debe analizar. El proyecto contempla una inversión de u$s 100 millones para proveer e instalar 120. 000 artefactos en un plazo de cinco años, a razón de 25. 000 por año. El lunes pasado, representantes de ILED se reunieron con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el subsecretario de Coordinación de la Obra Pública, Ricardo Delgado, para presentarles el proyecto. “Mostraron interés y lo enviaron a las áreas técnicas del Ministerio para analizar”, explicó José Emperador, presidente de ILED. El Gobierno debe evaluarlo para decidir si lo aprueba. En caso afirmativo, podría llamar a licitación para ver si otra empresa iguala o mejora la oferta. ILED es una compañía de la familia Fiorito, ex dueños del Banco Quilmes y que controlan la firma de servicios financieros Fiorito Factoring. Fue creada hace tres años en el partido bonaerense de San Martín, donde funcionaba una autopartista. En esa planta, construyen las luminarias LED para el alumbrado público y empresas.

El proyecto apunta a que municipios pequeños y medianos puedan incorporar tecnología LED en el alumbrado y financiarla a través del ahorro de energía y de su mantenimiento, ya que estas luminarias reducen el consumo eléctrico en hasta un 50% con una duración mayor, de 30. 000 horas sin recambio, según ILED. El proyecto, en conjunto con Nación Fideicomisos, funciona con la participación de varios pequeños municipios, idealmente unos 100, que cobrarán una tasa adicional de alumbrado (que se repagará con el ahorro de electricidad), para nutrir a un fideicomiso de Nación, que emitirá un bono para pagar a ILED. “De este modo, un municipio puede financiar estas obras con poco dinero, obras que son difíciles de realizar para una pequeña localidad, porque no puede acceder a financiamiento a mediano plazo. Al sumarse muchos municipios en el mismo programa es posible hacerlo”, explicó Emperador. El mercado argentino es de 100. 000 luminarias públicas al año, de los cuales ILED dice controlar entre 15% y 20%. Ya instaló estos artefactos en municipios como San Martín, San Isidro, Lomas de Zamora y Necochea. La empresa produce 1500 artefactos por mes (cada uno cuesta de u$s 300 a u$s 400), y aumenta un 30% mensual, ya que es un mercado de “crecimiento exponencial” por el recambio ante el mayor costo de la electricidad, explicó Emperador. El líder del sector es Philips, pionero en la instalación de luminarias LED, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires.

BIOBIO CHILE (SANTIAGO, CHILE) – 15.09.2017 

La presidenta Michelle Bachelet inauguró la primera planta geotérmica de Chile y Sudamérica, situada en la comuna de Ollagüe, en la región de Antofagasta, bautizada como ‘Cerro Pabellón’ y propiedad de Geotérmica del Norte; dividida entre la italiana ENEL y ENAP. Al respecto, la mandataria señaló que “este es el tipo de proyectos que le hacen bien a Chile. Se crean opciones de inversión, se trae innovación tecnológica, se crean bases para un desarrollo sustentable y hay una apuesta clara por la formación de capital humano”. La central involucró la inversión de aproximadamente 320 millones de dólares (200 mil millones de pesos) y es la primera incursión de ENAP en el sector de generación de electricidad. La planta “Cerro Pabellón”, además, es la primera planta geotérmica de Sudamérica que genera electricidad a partir del calor de la tierra; aportando 340 Gwh anuales al Sistema Interconectado de Norte Grande a partir de dos unidades gemelas de 24 MW cada una. Esto significará un ahorro de emisión de 166 mil toneladas de CO2 al año en comparación con centrales de otro tipo y el suministro que proveerá equivale a la demanda de 165 mil familias chilenas. “Cerro Pabellón” está ubicada en el llano de Pampa Apacheta, a 4.500 metros sobre el nivel del mar, a 150 km de la ciudad de Calama en la comuna de Ollagüe, región de Antofagasta. 

PULSO (SANTIAGO,CHILE) 18.07.2017 

El Gobierno chileno espera mantener la tendencia a la baja en los precios de la energía durante la próxima licitación de suministro que realizará en octubre, dijo a Reuters el ministro de Energía, Andrés Rebolledo. Sin embargo, el funcionario reconoció en una entrevista que la subasta, por 2.200 gigavatios/hora para clientes regulados desde 2024, probablemente no logre una baja muy pronunciada frente a los US$47,6 promedio obtenidos en una exitosa licitación el año pasado. “Lo que esperamos es que se va a mantener la tendencia respecto a la baja del precio y la competitividad de las energías renovables no convencionales”, afirmó el ministro. “El precio final de la energía en los últimos años en Chile ha caído un 60%”, agregó. Rebolledo confía en que los proyectos adjudicados en la última licitación, entre los que hay de energías solar y eólica, se construirán a pesar del mayor desafío de financiamiento por el bajo precio pactado, y hasta ahora no hay signos que ninguna empresa vaya a abandonar su contrato pese a un par de cambios de propiedad. Incluso prevé que se mantenga el interés internacional en el principal productor mundial de cobre, que tiene pautadas decenas de licitaciones de transmisión eléctrica para éste y el próximo año, incluyendo firmas asiáticas. “Tengo la impresión que los chinos van a llegar un poco más en Chile, porque están desplegándose en otros sectores no convencionales para ellos”, comentó.

Interconexión con vecinos
Rebolledo dijo que el Gobierno avanza en iniciativas de integración energética con sus vecinos Argentina y Perú, mientras que con Bolivia no existe actualmente ningún tipo de plan o acercamiento en la materia. Además de exportaciones de electricidad y gas a
Argentina, se avanza en los detalles de un protocolo para un “swap” energético -inyectando en un punto geográfico y tomando en otro- y se busca el desarrollo de una línea de transmisión como parte del proyecto del túnel fronterizo Agua Negra. Sin embargo, Rebolledo afirmó que la estatal ENAP -cuyo directorio preside- no tiene interés en participar en el proyecto del mega yacimiento no convencional argentino Vaca Muerta, que promociona actualmente Buenos Aires. En el caso de Perú, trabajan para proveer hacia fines del gobierno actual, en marzo 2018, las bases técnico-económicas y una propuesta regulatoria a los potenciales inversionistas en la línea de transmisión entre las ciudades fronterizas de Arica y Tacna, explicó el ministro chileno.


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